lunes, 23 de marzo de 2009

Para salir corriendo


El hombre de las tres piernasAl nacer, hubo algunos médicos del hospital de Sicilia, que sugirieron que debían dejarlo morir por el monstruoso aspecto que presentaba: junto a su pierna derecha aprecía otra que lo transformaba en un fenómeno mundial. Afortunadamente el sentido de la vida prevaleció y Francesco Lentini vivió -con tres piernas- hasta los 77 años, como si nada. Incluso se dió el lujo, a lo largo de su existencia, de bromear cuando en una zaparería exigía calzado para sus impares pies lo cual, como es obvio, era una pequeña complicación. En esos casos y después de la broma habitual, terminaba comprando 2 pares de zapatos, y mostraba otra muestra de su sentido del humor: "El zapato restante se lo regalo a un amigo mío que tiene una pierna amputada", decía. Al principio la cosa no daba para hacer bromas, ya que desde pequeño todos lo veían como una suerte de monstruo vivo al cual iban a visitar desde otros pueblos, pero luego todos se acostumbraron a él, y -aunque suene a una broma- se destacaba de manera especial en jugar al fútbol. Tenía7 años cuando sus padres -que lo eran, también, de otros once hermanos completamente normales- lo llevaron a un hospital especializado en chicos con severas disminuciones físicas. La idea no era internerlo sinó mostrarle que había otros que estaban peor que él Y la inteligente medida de los Lentini, una familia adinerada y de buena cultura, dió resultado: el niño deforme vió allí otros pequeños que soportaban con coraje su ceguera, la falta de brazos o piernas, la invalidez total o el desamparo. Francesco entendió, y casi se sintió afortunado. Al crecer se fué a vivir a los Estados Unidos, una vez allí pese a la oposición familiar, decidió integrarse a varios famosos circos del país donde se había mudado. Su éxito fue clamoroso y ganó mucho dinero. Era todo un caballero. Vestía impecablemente y tenía exelentes modales assí como también una vasta cultura que lo hacía centro de las reuniones ya no por su defecto, sinó por su don de gentes. Se casó y fué padre de cuatros hijos absolutamente normales. Se supone que lo suyo se debió a un gemelo que no llegó a gestarse pero le dejó algo de él: esa tercera pierna que lo hizo luchar mas que nunca. Murió en 1966. "La vida es hermosa", era su frase favorita.

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