jueves, 22 de abril de 2010

Corralas Madrileñas


La vida en las corralas:

La vida familiar y vecinal - muy intensa y volcada al exterior - tenía a los corredores y al patio como escenario comunitario de la convivencia. El uso en común del grifo del agua o del servicio, hacía más intensas las relaciones vecinales. La presencia de tiestos de geranios o de jaulas de pájaros puestas al sol alternando con la ropa tendida para secarse entre pilar y pilar de madera, era el escenario común de las clases populares y trabajadoras del Madrid de finales del siglo XIX y principios del XX. Un hecho tan característico y típico de los barrios bajos de Madrid, donde las relaciones venían marcadas en gran medida por las peculiaridades de la estructuras arquitectónicas de las corralas madrileñas, donde la vida social y familiar se hacía en torno al mencionado patio central, punto de encuentro y antesala de la calle, vehículo comunicador con los otros "madriles".


Corrala de Tribulete.- Calle de Tribulete, 12, c/v Calle del Mesón de Paredes.

Durante el siglo XIX, las Corralas se consolidaron como el edificio de viviendas típico de la cada vez más numerosa clase obrera madrileña. Vistas en la actualidad como uno de los edificios más castizos de aquel siglo. Situadas sobre todo en las rondas y en sus proximidades, eran viviendas estrechas donde llegaban a vivir hasta dos familias juntas para poder pagar el alquiler. Además la mayoría no tenían ni agua corriente ni luz y su pésima ventilación impregnaba al edificio -con un solo retrete por hilera- de un olor insoportable.

La más conocida de estas casas de corredor es la situada en la calle Mesón de Paredes, flanqueada por las calles Sombrerete y Tribulete. Construida en 1839, se trata de una construcción humilde de ladrillo y madera, estructurada entorno a un patio que da a la calle Mesón de Paredes. Su composición es a base de cuartos exteriores e interiores a los que se accede a través de galerías.En 1977 tras ser declarada Monumento Nacional, fue objeto de una profunda restauración.


Corrala de Miguel Servet.- Miguel servet, 21 c/v Calle del Mesón de Paredes.

Otra corrala conservada en muy buen estado, tambien restaurada, es la de la calle Miguel Servet, en su confluencia con las calles de Mesón de Paredes y el Espino.
Ofrece uno de los conjuntos más representativos de viviendas con la tipología de "corrala", con muros portantes de entramado y viguetas de madera. Este singular edificio de corrala madrileña, llama también la atención por un bonito reloj de sol vertical, pintado sobre la fachada.

2 comentarios:

Cati dijo...

Un artículo muy interesante que nos enseña también cómo ha cambiado nuestra manera de relacionarnos, ahora, prácticamente nadie conoce a sus vecinos. Un beso.

Cuarzo dijo...

Ojala se pudiera recuperar ese encanto de las viejas corralas. Un beso, guapa.